Los Salmos de Confianza en Dios son una fuente de fortaleza espiritual en la Biblia. Estos versículos transmiten la seguridad y la paz que se encuentran al depositar una fe inquebrantable en la providencia divina. Inspirando a creyentes a confiar en Dios en medio de desafíos y tribulaciones, estos salmos ofrecen un faro de esperanza y seguridad en tiempos de incertidumbre.
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Los que confían en el SEÑOR son como el monte Sion, que no se derrumba, sino que está firme para siempre.
El día en que tengo temor yo en ti confío.
Ofrezcan sacrificios de justicia y confíen en el SEÑOR.
El justo se alegrará en el SEÑOR y confiará en él. Se gloriarán todos los rectos de corazón.
En ti confiarán los que conocen tu nombre pues tú, oh SEÑOR, no abandonaste a los que te buscaron.
Una cosa he pedido al SEÑOR; esta buscaré: que more yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR y para inquirir en su templo.
Pero yo confío en tu misericordia; mi corazón se alegra en tu salvación.
Oh pueblos, esperen en él en todo tiempo; derramen delante de él su corazón porque Dios es nuestro refugio.
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en él esperó mi corazón. Fui ayudado, y se gozó mi corazón; con mi canción le alabaré.
Guárdame, oh Dios, porque en ti me he refugiado.
En ti, oh SEÑOR, me he refugiado; no sea yo avergonzado jamás.
Estos confían en carros, y aquellos en caballos; pero nosotros confiamos en el nombre del SEÑOR nuestro Dios.
En cuanto a mí, la cercanía de Dios constituye el bien. En el SEÑOR Dios he puesto mi refugio para contar todas tus obras.
Nuestros padres esperaron en ti: Esperaron, y tú los libraste.
Prueben y vean que el SEÑOR es bueno. ¡Bienaventurado el hombre que se refugia en él!
¡Dios mío, en ti confío! No sea yo avergonzado. No triunfen sobre mí mis enemigos.
El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién me he de atemorizar?
El SEÑOR se complace en los que le temen y en los que esperan en su misericordia.
¡Oh Israel, confía en el SEÑOR! Él es su ayuda y su escudo.
Pero yo he confiado en ti, oh SEÑOR. He dicho: “Tú eres mi Dios;
Por eso, nuestro corazón se alegra en él, porque en su santo nombre hemos confiado.
Confía en el SEÑOR y haz el bien. Habita en la tierra y apaciéntate de la fidelidad.
Encomienda al SEÑOR tu camino; confía en él, y él hará.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera a Dios, porque aún le he de alabar. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!
Mejor es refugiarse en el SEÑOR que confiar en el hombre.