Este Post contiene Versículos de la Biblia que hablan sobre la Oración a Dios. Textos Bíblicos de Versión Reina Valera Actualizada.
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En mi angustia invoqué al SEÑOR; invoqué a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó a sus oídos (2 Samuel 22:7).
Y Jabes invocó al Dios de Israel diciendo: “¡Oh, si realmente me dieras bendición y ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me libraras del mal, de modo que no tuviera dolor!”. Y Dios le concedió lo que pidió (1 Cr 4:10).
si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, si oran y buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra (2 Cr 7:14).
Con mi voz clamaré a ti, Señor, y tú me responderás desde tu lugar santo (Sal 3:4).
En mi angustia invoqué al SEÑOR y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos (Sal 18:6).
En mi apresuramiento yo dije: “¡Cortado soy de tu presencia!”. Pero cuando clamé a ti oíste la voz de mis ruegos (Sal 31:22).
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Este pobre clamó, y el SEÑOR le escuchó y lo libró de todas sus angustias (Sal 34:6).
Los ojos del SEÑOR están sobre los justos; sus oídos están atentos a su clamor (Sal 34:15).
Clamaron los justos, y el SEÑOR los oyó; los libró de todas sus angustias (Sal 34:17).
¡Pero de veras Dios me ha escuchado! Él atendió a la voz de mi oración (Sal 66:19).
Entonces invoqué el nombre del SEÑOR diciendo: “¡Libra, oh SEÑOR, mi vida!” (Sal 116:4).
Al SEÑOR invoqué desde la angustia, y el SEÑOR me respondió poniéndome en lugar espacioso (Sal 118:5).
Al SEÑOR llamé estando en mi angustia y él me respondió (Sal 120:1).
Lejos está el SEÑOR de los impíos, pero escucha la oración de los justos (Pr 15:29).
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¡Busquen al SEÑOR mientras puede ser hallado! ¡Llámenlo en tanto que está cercano! (Is 55:6).
Entonces me invocarán. Vendrán y orarán a mí, y yo los escucharé. 13 Me buscarán y me hallarán, porque me buscarán con todo su corazón (Jr 29:12).
Clama a mí, y te responderé; y te revelaré cosas grandes e inaccesibles que tú no conoces (Jr 33:3).
Desde mi angustia invoqué al SEÑOR y él me respondió. Clamé desde el vientre del Seol y tú escuchaste mi voz (Jon 2:2).
Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de súplica. Mirarán al que traspasaron y harán duelo por él con duelo como por hijo único, afligiéndose por él como quien se aflige por un primogénito (Zac 12:10).
Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto les digo que ya tienen su recompensa (Mt 6:5).
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Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará (Mt 6:6).
Pidan, y se les dará. Busquen y hallarán. Llamen, y se les abrirá (Mt 7:7).
Pues si ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden? (Mt 7:11).
Una vez despedida la gente, subió al monte para orar a solas; y cuando llegó la noche, estaba allí solo (Mt 14:23).
Otra vez les digo que, si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecha por mi Padre que está en los cielos (Mt 18:19).
Todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán (Mt 21:22).
Velen y oren, para que no entren en tentación. El espíritu, a la verdad, está dispuesto; pero la carne es débil (Mt 26:41).
Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo (Mr 13:33).
Aconteció en aquellos días, que Jesús salió al monte para orar y pasó toda la noche en oración a Dios Lc 6:12).
Bendigan a los que los maldicen y oren por los que los maltratan (Lc 6:28).
Y todo lo que pidan en mi nombre, eso haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden alguna cosa en mi nombre, yo la haré (Jn 14:13-14).
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Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho (Jn 15:7).
¿Por qué duermen? Levántense y oren para que no entren en tentación (Lc 22:46).
Por eso, quien habla en una lengua, pida en oración poderla interpretar (1 Co 14:13).
Y asimismo, también el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades; porque no sabemos cómo debiéramos orar pero el Espíritu mismo intercede con gemidos indecibles (Ro 8:26).
Porque todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo (Ro 10:13).
Orando en todo tiempo en el Espíritu con toda oración y ruego, vigilando con toda perseverancia y ruego por todos los santos (Ef 6:18).
Pues sé que mediante la oración de ustedes y el apoyo del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación (Filip 1:19).
Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias (Filip 4:6).
Perseveren siempre en la oración, vigilando en ella con acción de gracias (Col 4:2).
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Oren sin cesar (1 Ts 5:17).
Por lo demás, hermanos, oren por nosotros para que la palabra del Señor se difunda rápidamente y sea glorificada, así como sucedió también entre ustedes (2 Ts 3:1).
Pues es santificado por medio de la palabra de Dios y de la oración (1 Ti 4:5).
Piden y no reciben; porque piden mal, para gastarlo en sus placeres (Stg 4:3).
¿Está afligido alguno entre ustedes? ¡Que ore! ¿Está alguno alegre? ¡Que cante salmos! (Stg 5:13).
Por tanto, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros de manera que sean sanados. La ferviente oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho (Stg 5:16).
El fin de todas las cosas se ha acercado. Sean, pues, prudentes y sobrios en la oración (1 Pe 4:7).
y cualquier cosa que pidamos la recibiremos de él porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de él (1 Jn 3:22).
Y esta es la confianza que tenemos delante de él: que si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye (1 Jn 5:14).
Pero ustedes, oh amados, edificándose sobre la santísima fe de ustedes y orando en el Espíritu Santo (Jd 1:20).
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