Este post contiene Versículos de la Biblia que hablan sobre el Enojo y la Ira. Textos Bíblicos de versión Reina Valera Actualizada (RVA-2015).
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Enójense, pero no pequen; no se ponga el sol sobre su enojo (Ef 4:26).
Quítense de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritos y calumnia, junto con toda maldad (Ef 4:31).
Pero ahora, dejen también todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia y palabras groseras de su boca (Col 3:8).
Pues el siervo del Señor no debe ser contencioso sino amable para con todos, apto para enseñar y sufrido; corrigiendo con mansedumbre a los que se oponen, por si quizás Dios les conceda que se arrepientan para comprender la verdad (2 Ti2:24-25).
Deja la ira y abandona el enojo; de ninguna manera te apasiones por hacer lo malo (Sal 37:8).
En las muchas palabras no falta pecado, pero el que refrena sus labios es prudente (Pr 10:19)
El deseo de los justos es solamente para el bien, pero la esperanza de los impíos es para ira (Pr 11:23).
El que tarda en airarse tiene mucho entendimiento, pero el de espíritu apresurado hace resaltar la insensatez (Pro 14:29).
Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad (Pr 16:32).
El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; De espíritu prudente es el hombre entendido (Pr 17:27).
No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios (Ec 7:9).
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Quita, pues, de tu corazón la ansiedad y aleja de tu cuerpo el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad (Ec 11:10).
Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano será culpable en el juicio. Cualquiera que le llame a su hermano ‘necio’ será culpable ante el Sanedrín; y cualquiera que le llame ‘fatuo’ será expuesto al infierno de fuego. “Por tanto, si has traído tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y ofrece tu ofrenda (Mt 5:22-24).
Los exhorto, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que se pongan de acuerdo y que no haya más disensiones entre ustedes, sino que estén completamente unidos en la misma mente y en el mismo parecer (1 Co 1:10).
Porque es necesario que el obispo sea irreprensible como mayordomo de Dios; que no sea arrogante ni de mal genio ni dado al vino ni pendenciero ni ávido de ganancias deshonestas (Tit 1:7).
Sepan, mis amados hermanos: Todo hombre sea pronto para oír, lento para hablar y lento para la ira 20 porque la ira del hombre no lleva a cabo la justicia de Dios (Stg 1:19-20).
Si alguien parece ser religioso y no refrena su lengua sino que engaña a su corazón, la religión del tal es vana (Stg 1:26).
Pues fieras y aves, reptiles y criaturas marinas de toda clase pueden ser domadas, y han sido domadas, por el ser humano. Pero ningún hombre puede domar su lengua; porque es un mal incontrolable, lleno de veneno mortal. Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres que han sido creados a la semejanza de Dios. De la misma boca salen bendición y maldición. No puede ser, hermanos míos, que estas cosas sean así (Stg 3:7-10).
El que dice que está en la luz y odia a su hermano, está en tinieblas todavía (1 Jn 2:9).
Si alguien dice: “Yo amo a Dios” y odia a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto.