Este post contiene Versículos de la Biblia sobre Buscar a Dios. Textos Bíblicos Versión Reina Valera Actualizada 2015.
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Pero cuando desde allí busques al SEÑOR tu Dios, lo hallarás, si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma (Dt 4:29).
En ti confiarán los que conocen tu nombre pues tú, oh SEÑOR, no abandonaste a los que te buscaron (Sal 9:10).
El SEÑOR miró desde los cielos sobre los hijos del hombre para ver si había algún sensato que buscara a Dios (Sal 14:2).
Mi corazón ha dicho: “Busquen su rostro”. ¡Tu rostro buscaré, oh SEÑOR! (Sal 27:8).
Yo busqué al SEÑOR, y él me oyó y de todos mis temores me libró (Sal 34:4).
Me buscarán y me hallarán, porque me buscarán con todo su corazón (Jer 29:13).
Porque así ha dicho el SEÑOR a la casa de Israel: “¡Búsquenme y vivirán! (Am 5:4).
Gloríense en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al SEÑOR. Busquen al SEÑOR y su poder; busquen continuamente su rostro (1 Cro 16:10-11).
Si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, si oran y buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra (2 Cro 7:14).
Roboam hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar al SEÑOR (2 Cro 12:14).
El SEÑOR estará con ustedes cuando ustedes estén con él. Si lo buscan, él se dejará hallar; pero si lo abandonan él los abandonará (2 Cro 15:2b).
Si con diligencia buscaras a Dios e imploraras la gracia del Todopoderoso, si fueras limpio y recto, ciertamente ahora él velaría por ti y te restauraría la morada que en justicia mereces. Aunque tu comienzo haya sido insignificante, tu porvenir se engrandecerá en gran manera (Job 8:5-7).
El impío, por la altivez de su rostro, no le busca; no está Dios en ninguno de sus pensamientos (Sal 10:4).
Los pobres comerán y serán saciados. Alabarán al SEÑOR los que le buscan. ¡Que viva su corazón para siempre! (Sal 22:26).
Los leones tienen necesidades y sufren hambre, pero los que buscan al SEÑOR no tendrán falta de ningún bien (Sal 34:10).
Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas (Sal 63:1).
Lo verán los oprimidos, y se gozarán. Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón (Sal 69:32).
Busquen al SEÑOR y su poder; busquen continuamente su rostro (Sal 105:4).
Bienaventurados los que guardan sus testimonios y con todo el corazón le buscan (Sal 119:2).
Andaré en libertad, porque he buscado tus mandamientos (Sal 119:45).
Yo amo a los que me aman, y me hallan los que con diligencia me buscan (Pr 8:17).
El burlador busca la sabiduría y no la halla, pero al entendido le es de fácil acceso (Pr 14:6).
El corazón entendido busca la sabiduría; Mas la boca de los necios se alimenta de necedades (Pr 15:14).
Los hombres malos no entienden el derecho, pero los que buscan al SEÑOR lo entienden todo (Pr 28:5).
¡Busquen al SEÑOR mientras puede ser hallado! ¡Llámenlo en tanto que está cercano! (Is 55:6).
Yo me dejé buscar por los que no preguntaban por mí; me dejé hallar por los que no me buscaban. A una nación que no invocaba mi nombre dije: ‘¡Aquí estoy; aquí estoy! (Is 65:1).
Bueno es el SEÑOR para los que en él esperan, para el alma que lo busca (Lam 3:25).
Siembren para ustedes justicia y sieguen lealtad. Abran surcos porque es tiempo de buscar al SEÑOR, hasta que venga y haga llover justicia para ustedes (Os 10:12).
Busquen al SEÑOR, todos los mansos de la tierra que ejecutan su decreto. Busquen justicia, busquen mansedumbre; quizás serán protegidos en el día del furor del SEÑOR (Sof 2:3).
Los habitantes de una ciudad irán a otra y dirán: ‘¡Vayamos a implorar el favor del SEÑOR, a buscar al SEÑOR de los Ejércitos! ¡Yo también voy! (Zac 8:21).
Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas (Mt 6:33).
Pidan, y se les dará. Busquen y hallarán. Llamen, y se les abrirá (Mt 7:7).
Porque todo aquel que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abrirá (Lc 11:10).
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios (Col 3:1).
Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan (He 11:6).
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