Este Post contiene Versículos de la Biblia de Animo y Aliento para hombres, mujeres y jóvenes, para seguir adelante en tiempos difíciles. Textos Bíblicos de Reina Valera Actualizada 2015.
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¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No temas ni desmayes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas (Jos 1:9).
El SEÑOR es quien va delante de ti. Él estará contigo; no te dejará ni te desamparará. ¡No temas ni te atemorices! (Dt 31:8).
Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23:4).
El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién me he de atemorizar? (Sal 27:1).
Esfuércense, todos ustedes los que esperan en el SEÑOR, y tome aliento su corazón (Sal 31:24).
Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos (Sal 32:8).
El SEÑOR de los Ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob (Sal 46:7).
Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del SEÑOR, Que hizo los cielos y la tierra (Sal 121:1-2).
Puesto que ante mis ojos tú eres de gran estima, y eres honorable, y yo te amo, daré hombres por ti, y pueblos por tu vida (Is 43:4).
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He aquí que yo estoy contigo; yo te guardaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra. No te abandonaré hasta que haya hecho lo que te he dicho (Ge 28:15).
Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos y carros, un pueblo más numeroso que tú, no tengas temor de ellos, porque contigo está el SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto (Dt 20:1).
Sea sobre nosotros la gracia del SEÑOR nuestro Dios. La obra de nuestras manos confirma entre nosotros; sí, confirma la obra de nuestras manos (Sal 90:17).
Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán (Is 40:31).
Pero ahora, así ha dicho el SEÑOR, el que te creó, oh Jacob; el que te formó, oh Israel: “No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío (Is 43:1).
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego, no te quemarás ni la llama te abrasará (Is 43:2).
Así ha dicho el SEÑOR, Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los Ejércitos: “Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios (Is 44:6).
Yo soy, yo soy su Consolador. ¿Quién eres tú para que temas al hombre, que es mortal; al hijo del hombre, que es tratado como el pasto? (Is 51:12).
No tengas temor de ellos, porque yo estaré contigo para librarte, dice el SEÑOR (Jr 1:8).
Vengan a mí, todos los que están fatigados y cargados, y yo los haré descansar (Mt 11:28).
¿No se venden cinco pajaritos por dos moneditas? Pues ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pero aun los cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. No teman; más valen ustedes que muchos pajaritos (Lc 12:6-7).
La paz les dejo, mi paz les doy. No como el mundo la da yo se la doy a ustedes. No se turbe su corazón ni tenga miedo (Jn 14:27).
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Si fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo. Pero ya no son del mundo sino que yo los elegí del mundo; por eso el mundo los aborrece (Jn 15:19).
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16:33).
¿Qué, pues, diremos frente a estas cosas? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8:31).
Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8:37).
Y el Dios de la perseverancia y de la exhortación les conceda que tengan el mismo sentir los unos por los otros según Cristo Jesús (Ro 15:5).
Así que, hermanos míos amados, estén firmes y constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su arduo trabajo en el Señor no es en vano (1 Co 15:58).
Vigilen; estén firmes en la fe; sean valientes y esfuércense (1 Co 16:13).
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones. De esta manera, con la consolación con que nosotros mismos somos consolados por Dios, también nosotros podemos consolar a los que están en cualquier tribulación (2 Co 1:3-4).
Porque de la manera que abundan a favor nuestro las aflicciones de Cristo, así abunda también nuestra consolación por el mismo Cristo (2 Co 1:5).
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús (Filipenses 4:7).
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Por lo cual, anímense los unos a los otros y edifíquense los unos a los otros, así como ya lo hacen (1 Tes 5:11).
Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Ti 1:7)
Echen sobre él toda su ansiedad porque él tiene cuidado de ustedes (1 Pedro 5:7).
Hijitos, ustedes son de Dios, y los han vencido, porque el que está en ustedes es mayor que el que está en el mundo (1 Jn 4:4).
Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe (1 Jn 5:4).
No tendrán más hambre, ni tendrán más sed, ni caerá sobre ellos el sol ni ningún otro calor; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a fuentes de agua viva, y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos (Ap 7:16-17).
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Exelente recopilación.
Amén gloria a Dios x estos textos cada día necesitamos más de mí Señor Jesús. Te amo mi señor. Mi Salvador.
Estos versículos nos recuerdan que Dios tiene el poder de sanar y liberar de enfermedades y aflicciones. Si estás buscando más versículos sobre la sanidad, te recomendaría leer la Biblia y explorar los libros de los Salmos, los Evangelios y los libros de los profetas, donde encontrarás más promesas de sanidad y testimonios de milagros. Recuerda que la fe y la confianza en Dios son fundamentales para experimentar su sanidad.