Los ángeles son seres creados para el servicio y la alabanza a Dios y Cristo, pero también para el servicio y protección del creyente. Este articulo contiene 65 Versículos de la Biblia que te enseñaran mas sobre este tema, cuantos tipos de ángeles existen y cuales son los nombre de los ángeles que menciona la Biblia. Textos Bíblicos Versión RVA-2015.
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Solo tú eres el SEÑOR; tú hiciste los cielos, los cielos de los cielos y todo su ejército, la tierra y todo lo que hay en ella, los mares y todo lo que en ellos hay. Tú sostienes con vida a todos; los ejércitos de los cielos te adoran (Ne 9:6).
Bendigan al SEÑOR, ustedes sus poderosos ángeles que ejecutan su palabra obedeciendo la voz de ella (Sal 103:20).
¡Alábenle, ustedes todos sus ángeles! ¡Alábenle, ustedes todos sus ejércitos! (Sal 148:2).
Entonces el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí el ruido de un gran estruendo: “¡Bendita sea la gloria del SEÑOR desde su lugar!”. Era el ruido de las alas de los seres vivientes, que se rozaban unas con otras, el ruido de las ruedas que estaban junto a ellos y el ruido de un gran estruendo(Ez 3:12-13).
Aconteció que aquella misma noche salió el ángel del SEÑOR e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios. Se levantaron por la mañana, y he aquí que todos ellos eran cadáveres (2 Re 19:35).
Respondió el ángel y le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas (Lc 1:19).
De repente, apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales que alababan a Dios y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad! (Lc 2:13-14).
Cuando el ángel extendía su mano hacia Jerusalén para destruirla, el SEÑOR cambió de parecer acerca de aquel mal. Y dijo al ángel que destruía al pueblo: ¡Basta ya! ¡Detén tu mano! El ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Arauna el jebuseo (2 Sa 24:16).
Y de los ángeles dice: Él hace a sus ángeles vientos, y a sus servidores llama de fuego (He 1:7).
Estalló entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles pelearon (Ap 12:7).
Vi a un ángel que descendía del cielo y que tenía en su mano la llave del abismo y una gran cadena. Él prendió al dragón, aquella serpiente antigua quien es el diablo y Satanás, y le ató por mil años (Ap 20:1-2).
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Entonces el diablo lo dejó y, he aquí, los ángeles vinieron y le servían (Mt 4:11).
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria (Mt 25:31).
¿O piensas que no puedo invocar a mi Padre y que él no me daría ahora mismo más de doce legiones de ángeles? (Mt 26:53).
Y he aquí, hubo un gran terremoto; porque el ángel del Señor descendió del cielo, y al llegar removió la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura era blanca como la nieve (Mt 28:2-3).
Y estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás. Estaba con las fieras y los ángeles le servían (Mr 1:13).
Pero el ángel les dijo: No teman, porque he aquí les doy buenas noticias de gran gozo que serán para todo el pueblo: que hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor (Lc 2:10-11).
Entonces le apareció un ángel del cielo para fortalecerle (Lc 22:43).
Y les dijo: De cierto, de cierto les digo que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre (Jn 1:51).
De hecho, es justo delante de Dios retribuir con aflicción a los que los afligen, y retribuir con descanso, junto con nosotros, a ustedes que son afligidos. Esto sucederá cuando el Señor Jesús con sus poderosos ángeles se manifieste desde el cielo (2 Ts 1:6-7).
Otra vez, al introducir al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios (He 1:6).
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas y millares de millares. Y decían a gran voz: “Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza” (Ap 5:11-12).
Y al rayar el alba, los ángeles apremiaban a Lot, diciéndole: ¡Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, para que no seas destruido con el castigo de la ciudad! (Ge 19:15).
Entonces el ángel de Dios, que iba delante del campamento de Israel, se trasladó e iba detrás de ellos. Asimismo, la columna de nube que iba delante de ellos se trasladó y se puso detrás de ellos (Ex 14:19).
He aquí, yo envío un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te lleve al lugar que yo he preparado (Ex 23:20).
Yo enviaré un ángel delante de ustedes y arrojaré a los cananeos, amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos (Ex 33:2).
Pero cuando clamamos al SEÑOR, él escuchó nuestra voz, envió un ángel y nos sacó de Egipto. Y he aquí nosotros estamos en Cades, ciudad que se encuentra en el extremo de tu territorio (Nu 20:16).
Y se le apareció el ángel del SEÑOR, y le dijo: ¡El SEÑOR está contigo, oh valiente guerrero! (Jue 6:12).
Se recostó debajo del arbusto y se quedó dormido. Y he aquí que un ángel lo tocó y le dijo: Levántate, come (1 Re 19:5).
Pues a sus ángeles dará órdenes acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos (Sal 91:11).
En toda la angustia de ellos, él fue angustiado; y el ángel de su Presencia los salvó. En su amor y en su compasión los redimió. Los alzó y los llevó todos los días de la antigüedad (Is 63:9).
Nabucodonosor exclamó diciendo: Bendito sea el Dios de Sadrac, de Mesac y de Abed-nego, que envió a su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él y desobedecieron el mandato del rey; pues prefirieron entregar sus cuerpos antes que rendir culto o dar homenaje a cualquier dios, aparte de su Dios (Dn 3:28).
Mi Dios envió a su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hicieran daño; porque delante de él he sido hallado inocente. Tampoco delante de ti, oh rey, he hecho nada malo (Dn 6:22).
Aconteció que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado (Lc 16:22).
Pero un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel y al conducirlos fuera dijo: “Vayan, y de pie en el templo, hablen al pueblo todas las palabras de esta vida” (Hch 5:19-20).
¡Ustedes que han recibido la ley por disposición de los ángeles, y no la guardaron! (Hch 7:53).
Y he aquí se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la celda. Despertó a Pedro dándole un golpe en el costado y le dijo: ¡Levántate pronto! Y las cadenas se le cayeron de las manos (Hch 12:7).
Porque esta noche estuvo conmigo un ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, y me dijo: “No temas, Pablo. Es necesario que comparezcas ante el César, y he aquí Dios te ha concedido todos los que navegan contigo” (Hch 27:23-24).
¿Acaso no son todos espíritus servidores, enviados para ministrar a favor de los que han de heredar la salvación? (He 1:14).
El ángel del SEÑOR acampa en derredor de los que le temen, y los libra (Sal 34:7).
Sean avergonzados y afrentados los que buscan mi vida; vuelvan atrás y sean humillados los que planean hacerme daño. Sean como el tamo ante el viento, y que los acose el ángel del SEÑOR (Sal 35:4-5).
Entonces se le apareció el ángel del SEÑOR en una llama de fuego en medio de una zarza. Él observó y vio que la zarza ardía en el fuego, pero la zarza no se consumía (Ex 3:2).
Entonces el ángel del SEÑOR se expresó diciendo: Oh SEÑOR de los Ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás compasión de Jerusalén y de las ciudades de Judá contra las cuales has estado airado durante setenta años? (Za 1:12).
Entonces el SEÑOR abrió los ojos a Balaam, y él vio al ángel del SEÑOR de pie en el camino, con su espada desenvainada en su mano. Balaam se inclinó y se postró sobre su rostro (Nu 22:31).
Expulsó, pues, al hombre y puso querubines al oriente del jardín de Edén, y una espada incandescente que se movía en toda dirección, para guardar el camino al árbol de la vida (Ge 3:24).
¡Oh Pastor de Israel, escucha, tú que conduces a José como a un rebaño! ¡Tú, que estás entre los querubines, resplandece (Sal 80:1)
¡El SEÑOR reina, tiemblan los pueblos! Él tiene su trono entre los querubines; la tierra se estremece (Sal 99:1).
Oh SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel, que tienes tu trono entre los querubines: Solo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra; tú has hecho los cielos y la tierra (Is 37:16).
Entonces la gloria del SEÑOR se elevó de encima de los querubines, hacia el umbral del templo. Y el templo fue llenado por la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del SEÑOR (Ez 10:4).
Por encima de él había serafines. Cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban (Is 6:2).
Entonces voló hacia mí uno de los serafines trayendo en su mano, con unas tenazas, un carbón encendido tomado del altar (Is 6:6).
Requiero solemnemente, delante de Dios y de Cristo Jesús y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicio, no haciendo nada con parcialidad (1 Ti 5:21).
Entonces soñó, y he aquí una escalera puesta en la tierra, cuya parte superior alcanzaba el cielo. He aquí que los ángeles de Dios subían y descendían por ella (Ge 28:12).
Si Dios no se fía ni de sus siervos y aun en sus ángeles halla errores (Job 4:18).
Porque si Dios no dejó sin castigo a los ángeles que pecaron sino que, habiéndolos arrojado al infierno en prisiones de oscuridad, los entregó a ser reservados para el juicio (2 Pe 2:4).
También a los ángeles que no guardaron su primer estado sino que abandonaron su propia morada los ha reservado bajo tinieblas en prisiones eternas para el juicio del gran día (Jud 1:6).
Estalló entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles pelearon, pero no prevalecieron, ni fue hallado más el lugar de ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo. Fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados junto con él (Ap 12:7-9).
Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles (Mt 25:41).
Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Ap 20:10).
Entonces oí una voz de hombre en medio del río Ulay, que gritó diciendo: ¡Gabriel, explica a ese la visión! (Da 8:16).
Respondió el ángel y le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas (Lc 1:19).
El príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí que Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme; y quedé allí con los reyes de Persia (Da 10:13).
Pero ni aun el arcángel Miguel, cuando contendía disputando con el diablo sobre el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar un juicio de maldición contra él sino que dijo: “El Señor te reprenda” (Judas 1:9).
Nadie los prive de su premio fingiendo humildad y culto a los ángeles, haciendo alarde de lo que ha visto, vanamente hinchado por su mente carnal (Col 2:18).
Yo me postré ante sus pies para adorarle, pero él me dijo: “¡Mira, no lo hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (Ap 19:10).
Yo, Juan, soy el que he oído y visto estas cosas. Cuando las oí y las vi, me postré para adorar ante los pies del ángel que me las mostraba. 9 Y él me dijo: “¡Mira, no lo hagas! Pues yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. ¡Adora a Dios!” (Ap 22:9).
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Busco cuando Jesús dice que cada niño tiene un ángel que siempre está mirando a Dios. Un saludo.
Diego Caballero
Dios te Bendiga hermano Diego. Esa cita bíblica esta en Mateo 18:10.
Muchas gracias por el estudio compartido, me fue de mucha utilidad para conocer más sobre nuestro Dios y Señor. Dios lo siga bendiciendo mucho estimado hermano.
Excelente página. Hice toda una monografía basándome en este artículo. Muy bien expresado, buenísimo los versículos bíblicos. Nunca dejó mensaje, pero esta vez se lo merecen. Muchas gracias y muchas bendiciones.