Los versículos sobre la amistad de Dios ilustran Su cercanía y cuidado hacia Sus seguidores. Juan 15:15 presenta a Jesús como amigo que comparte intimidades con Sus discípulos. Santiago 2:23 destaca la relación de amistad que Dios tuvo con Abraham, llamándolo «amigo de Dios». Proverbios 18:24 resalta que hay un amigo más cercano que un hermano, indicando la profunda conexión que Dios busca tener con nosotros. Estos versículos revelan Su deseo de relación personal y amorosa con cada uno.
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Y Enoc anduvo con Dios; y ya no fue hallado, porque Dios lo había tomado.
Estas son las generaciones de Noé: Noé era hombre justo y perfecto en su generación; Noé caminaba con Dios.
¿No eres tú nuestro Dios, que desposeíste a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre?
La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y él les hará conocer su pacto.
Nosotros teníamos comunión confidencial; y andábamos juntos en la casa de Dios.
Pero tú, Israel, mi siervo; tú, Jacob, a quien he elegido; descendencia de Abraham mi amigo.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he hecho conocer.
Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia; y fue llamado amigo de Dios.
Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como cualquiera habla a su amigo.
Como yo estaba en los días de mi juventud, cuando el favor de Dios velaba sobre mi tienda.
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano.
Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana, y madre.
El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo lo amaré, y me manifestaré a él.
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os designé para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, él os lo conceda.
¿Qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios viviente; como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Y yo seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
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