Este post contiene Versículos de la Biblia que hablan sobre la Alegría y Felicidad. Textos Bíblicos de versión Reina Valera Actualizada 2015.
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Tú has dado tal alegría a mi corazón que sobrepasa a la alegría que ellos tienen con motivo de su siega y de su vendimia (Sal 4:7).
Se alegrarán todos los que confían en ti; para siempre gritarán de júbilo, pues tú los proteges. Los que aman tu nombre se regocijarán en ti (Sal 5:11).
Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo (Sal 9:2).
Pero yo confío en tu misericordia; mi corazón se alegra en tu salvación (Sal 13:5).
Me mostrarás la senda de la vida. En tu presencia hay plenitud de gozo, delicias en tu diestra para siempre (Sal 16:11).
Los preceptos del SEÑOR son rectos; alegran el corazón. El mandamiento del SEÑOR es puro; alumbra los ojos (Sal 19:8).
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en él esperó mi corazón. Fui ayudado, y se gozó mi corazón; con mi canción le alabaré (Sal 28:7).
Has convertido mi lamento en una danza; quitaste mi vestido de luto y me ceñiste de alegría (Sal 30:11).
Llegaré hasta el altar de Dios; a Dios, mi alegría y mi gozo. Te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío (Sal 43:4).
¡Canten con gozo a Dios, fortaleza nuestra! Aclamen con júbilo al Dios de Jacob (Sal 81:1).
Ciertamente me has alegrado, oh SEÑOR, con tus hechos; grito de gozo por las obras de tus manos (Sal 92:4).
En la multitud de mis pensamientos dentro de mí tus consolaciones alegraban mi alma (Sal 30:11).
Tus testimonios son mi heredad para siempre porque ellos son el gozo de mi corazón (Sal 119:111).
La congoja abate el corazón del hombre, pero la buena palabra lo alegra (Pr 12:25).
El corazón alegre hermosea la cara, pero por el dolor del corazón el espíritu se abate (Pr 15:13).
Todos los días del pobre son malos, pero el corazón contento tiene fiesta continua (Pr 15:15).
El corazón alegre mejora la salud, pero un espíritu abatido seca los huesos (Pr 17:22).
En gran manera me gozaré en el SEÑOR; mi alma se alegrará en mi Dios. Porque él me ha vestido con vestiduras de salvación y me ha cubierto con manto de justicia. Como a novio me ha ataviado con una diadema, y como a novia que se adorna con sus joyas (Pr 17:22).
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí. Tus palabras fueron para mí el gozo y la alegría de mi corazón; porque yo soy llamado por tu nombre, oh SEÑOR Dios de los Ejércitos (Jr 15:16).
Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya fruto, aunque falle el producto del olivo y los campos no produzcan alimento, aunque se acaben las ovejas del redil y no haya vacas en los establos; con todo, yo me alegraré en el SEÑOR y me gozaré en el Dios de mi salvación (Hab 3:17-18).
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¡Canta, oh hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel! ¡Gózate y regocíjate de todo corazón, oh hija de Jerusalén! El SEÑOR ha quitado el juicio contra ti; ha echado fuera a tu enemigo. ¡El SEÑOR es el Rey de Israel en medio de ti! ¡Nunca más temerás el mal! (Sof 3:14-15).
Sin embargo, no se regocijen de esto, de que los espíritus se les sujeten, sino regocíjense de que sus nombres están inscritos en los cielos (Lc 10:20).
Les digo que, del mismo modo, hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente (Lc 15:10).
También ustedes, por cierto, tienen angustia ahora pero yo los veré otra vez. Se gozará mucho su corazón, y nadie les quitará su gozo (Jn 16:22).
Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su gozo sea completo (Jn 16:24).
Ellos perseveraban unánimes en el templo día tras día, y partiendo el pan casa por casa, participaban de la comida con alegría y con sencillez de corazón (Hch 2:46).
Gócense con los que se gozan. Lloren con los que lloran (Rom 12:15).
Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por obligación porque Dios ama al dador alegre (2 Co 9:7).
Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley (Gál 5:22-23).
¡Regocíjense en el Señor siempre! Otra vez lo digo: ¡Regocíjense! (Filp 4:4).
Con gozo damos gracias al Padre que les hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz (Col 1:12).
Estén siempre gozosos. Oren sin cesar. Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús (1 Tes 5:16-18).
¿Está afligido alguno entre ustedes? ¡Que ore! ¿Está alguno alegre? ¡Que cante salmos! (Stg 5:13).
Amados, no se sorprendan por el fuego que arde entre ustedes para ponerlos a prueba como si les aconteciera cosa extraña. Antes bien, gócense a medida que participan de las aflicciones de Cristo, para que también en la revelación de su gloria se gocen con regocijo (1 Pe 4:12-13).
No tengo mayor gozo que el de oír que mis hijos andan en la verdad (3 Jn 1:4).