Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
Estamos seguros, además, de que todo colabora al bien de los que aman a Dios, de los que han sido elegidos conforme a su designio.
Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan.
Romanos 8:28 es uno de los versículos más conocidos de la Biblia y ofrece un gran consuelo y esperanza para aquellos que lo leen. El versículo dice: «Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperan para bien de los que lo aman, de los que son llamados según su propósito.«
Este versículo es especialmente importante porque nos recuerda que Dios tiene un plan y un propósito para nuestras vidas, incluso en medio de las dificultades y problemas que enfrentamos. A menudo, cuando nos enfrentamos a problemas, podemos sentirnos como si estuviéramos solos y sin esperanza, pero este versículo nos asegura que Dios está trabajando detrás de escena para llevar a cabo su plan perfecto.
La frase «Dios hace que todas las cosas cooperan para bien» es una declaración de confianza en la sabiduría y el poder de Dios. Esto significa que Dios es el controlador de todo lo que sucede en nuestras vidas y que todo lo que sucede tiene un propósito y un plan. La palabra «cooperan» significa que todas las cosas están trabajando juntas para lograr un objetivo. Aunque a veces no podemos entender o ver cómo las cosas están trabajando juntas, podemos confiar en que Dios está en control.
La frase «de los que lo aman» se refiere a aquellos que han aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador y han decidido seguirlo. Estos creyentes tienen una relación personal con Dios y han decidido amarlo y obedecerlo. Al amar a Dios, estamos abriendo nuestros corazones a su plan y propósito para nuestras vidas.
En resumen, Romanos 8:28 nos ofrece una gran esperanza y consuelo en medio de las dificultades de la vida. Nos recuerda que Dios tiene un plan perfecto para nuestras vidas y que está trabajando detrás de escena para llevarlo a cabo. Al confiar en él y amarlo, podemos tener paz y confianza en medio de las pruebas y tribulaciones de la vida.
