Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel.
Muy bien, el Señor mismo les dará la señal. ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).
Pues bien, será el propio Señor quien les dará una señal: Véanla, la joven está embarazada y va a dar a luz un hijo, al que llamará Dios-con-nosotros.
Dios mismo les va a dar una señal: La joven está embarazada, y pronto tendrá un hijo, al que pondrá por nombre Emanuel, es decir, “Dios con nosotros”.
Isaías 7:14 es un versículo profético que se refiere a la venida del Mesías, el Hijo de Dios. Este versículo dice: «Por tanto Jehová mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel«.
Este versículo es importante para los cristianos porque habla de la venida del Mesías, que es Jesús. La palabra «Emanuel» significa «Dios con nosotros«, y esta promesa se cumplió cuando Jesús nació como hombre y vivió entre nosotros, trayendo la presencia y el amor de Dios a la tierra.
Además, el hecho de que Jesús naciera de una virgen es un milagro que demuestra la divinidad y la sobrenaturalidad de Jesús. Esto nos muestra que Jesús no es un simple hombre, sino que es el Hijo de Dios, y que vino a este mundo para hacernos salvos y para darnos vida eterna.
El hecho de que Jesús sea Dios con nosotros también significa que él es nuestro compañero y nuestro salvador. Él entiende nuestras luchas y nuestros miedos, y está siempre dispuesto a ayudarnos y a guiarnos. Al confiar en él, podemos encontrar la paz y la esperanza que necesitamos, y podemos vivir una vida llena de amor y de propósito.
En resumen, Isaías 7:14 es un versículo profético que se refiere a la venida del Mesías, Jesús. Este versículo nos muestra que Jesús es Dios con nosotros, y que vino a este mundo para hacernos salvos y para darnos vida eterna. Al confiar en Jesús, podemos encontrar la paz y la esperanza que necesitamos, y podemos vivir una vida llena de amor y de propósito.