Juan el Bautista era un hombre que durante su ministerio siempre se encargó de llevar a los pecadores al Cordero de Dios (Jn 1:29). En este Estudio Bíblico podrás tener una explicación más clara de la vida y misión de este gran profeta. Lea También: ¿Qué es el Bautismo en Agua según la Biblia?
Juan el Bautista fue un hombre escogido y apartado por Dios para un propósito. El cual era, preparar el pueblo de Israel para la venida de Jesucristo (Lc 1:15-17; Jn 1:6-7). Aquel Salvador que anunciaban las Santas Escrituras, quien por medio de Él, Dios ofrecería perdón y reconciliación a todas las naciones de la tierra (Is 53:5-6, 11). Por lo tanto, Dios usó a este profeta para dar conocimiento de salvación y perdón de pecados por medio de Jesucristo (Lc 1:77).
Su llamado consistía en la predicación y el bautismo de arrepentimiento (Mt 3:1-3, 11; Mr 1:4-5; Lc 3:3).
El tema principal de su predicación era «Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado» (Mt 3:1-2). En otras palabras, lo que quería decir era «Arrepiéntanse de sus pecados y vuélvanse a Dios». Arrepentirse significa dar un giro a nuestras vidas, donde el que miente, deje de mentir, quien roba, deje de robar, quien comete actos sexuales inmorales, deje de hacerlo. Esto generalmente se debe a la rebeldía y al estar apartados de Dios, nos lleva a cometer actos que Dios aborrece, como mentir, robar, calumniar, vengarse, guardar rencores, cometer inmoralidad sexual, etc (Pr 6:16-19; 1 Co 6:9-10; Ef 5:5; Ap 22:15).
La otra parte de su llamado consistía en el bautismo para perdón de pecados (Mr 1:4-5; Lc 3:3), donde aquel que escuchaba el mensaje se arrepentía de aquellos actos de rebeldía que habían ofendiendo a Dios. Por lo tanto, aquella persona arrepentida iba a Juan para ser Bautizada como señal de arrepentimiento (Mt 3:6).
Juan Bautizaba en el Rio Jordán sumergiéndolos en agua como símbolo de lavamiento y purificación. Su significado era la muerte de la antigua manera de vivir, llena de vicios y pecados, resucitando de la misma forma a una nueva vida en Cristo (Ro 6:4).
Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva (Romanos 6:4) NVI.
A simple vista no tiene sentido por qué Jesús, el hombre perfecto y sin pecado fue a Juan para ser bautizado por él (Is 53:9; 2 Co 5:21; 1 Pe 2:22-24; 1 Jn 3:5). De hecho, el mismo Juan el Bautista se le oponía, reconociendo que un hombre pecador como él, no era digno de bautizar al perfecto Hijo de Dios (Jn 1:27; Mr 1:7; Lc 3:16). Por lo tanto, Juan dijo: «Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?» (Mt 3:14), mas Jesús respondió: «Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia» (Mt 3:15). De esta manera, se refería a la Justicia con la que Cristo reviste nuestras vidas cuando nos acercamos a Él. Tomando nuestro pecado y dándonos de su Justicia (Is 53:5-6; Ro 3:21-24, 4:25; 2 Co 5:21).
Otras de las diferentes explicaciones por la cual Jesús fue Bautizado por Juan fueron:
1. Estaba confesando personalmente el pecado de la nación, como lo hicieron Nehemías, Esdras, Moisés, y Daniel.
2. Apoyaba el Ministerio de Juan el Bautista.
3. Estaba inaugurando su ministerio Público.
4. Se identificaba con los pecadores aunque él nunca hubiese cometido pecado.
5. Por obediencia al Padre.
6. Como ejemplo para quienes serían sus discípulos.
El Nacimiento de Juan el Bautista lo encontramos en el primer capítulo del evangelio de Lucas. Cuando el ángel Gabriel se le apareció a su padre Zacarías mientras este servía en el Templo (Lc 1:8-11). Su nacimiento fue un hecho relevante debido que su madre Elisabet era una mujer estéril, y tanto ella, como Zacarías eran muy ancianos (Lc 1:7).
Desde antes de su nacimiento, Dios había escogido a Juan como instrumento para llevar acabo su voluntad (Lc 1:15-17). Incluso hasta su nombre fue escogido por Dios (Lc 1:13), el cual significa «El Señor es bondadoso». Mostrando de esta manera la bondad de Dios con Zacarías y Elisabet, quienes andaban irreprensibles en las ordenanzas de Dios (Lc 1:6).
Juan el Bautista fue lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre (Lc 1:15). Fue consagrado para un servicio especial, similar al voto Nazareno el cual incluía no beber ni vino, ni sidra (Lc 1:15).
Su misión era hacer que los pecadores se convirtiera a Dios (Lc 1:16; Jn 1:6-7; Is 40:3). Preparando de esta manera el pueblo de Israel para la venida del Mesías anunciado por los profetas. Quien llevaría el pecado del pueblo y traería salvación.
El profeta Juan el Bautista era un hombre intrépido, y su mensaje confrontaba a muchos (Mt 3:7-9). Tanto así, que enfrento al mismo rey Herodes Antipas por cometer adulterio, al casarse con Herodías la mujer de su hermano Felipe, quien era gobernador de Traconite e Idumea (Mr 6:17-18).
Por esta razón, Herodes Antipas mando a encerrar a Juan el Bautista en la cárcel, debido a que lo confrontaba en su pecado diciendo: «No te es licito tener la mujer de tu hermano» (Mr 6:18).
La Biblia dice que mientras que Herodes daba una fiesta con motivo de su cumpleaños, entre los cuales se encontraban sus gobernadores y gente importante de su gobierno, la hija de Herodías danzo delante del rey y este le ofreció lo que pidiere bajo juramento (Mr 6:21-23). Por lo tanto, la joven influenciada por su madre le pidió en un plato la cabeza de Juan el Bautista (Mr 6:24).
El Herodes se entristeció porque admiraba la integridad de Juan (Mr 6:20). Pero al final por causa del juramento y debido a presión de Herodías y sus invitados, ordeno la muerte de Juan el Bautista (Mr 6:26-28).
La vida y misión de Juan el Bautista nos deja como enseñanza, el dejarnos usar por Dios para llevar a los pecadores al arrepentimiento. De la misma manera que este predicador audaz fue llamado para reconciliar al pueblo de Israel con Dios por medio de Jesucristo, nosotros hoy en día tenemos la misma misión, llevar muchas almas perdidas a Dios por medio de la predicación del Evangelio. Quizás en el camino nos hallemos con oposiciones familiares, dificultades e incluso personas que nos odien por servir a Dios, pero no debemos sentirnos frustrados si vemos que nadie se convierte a Cristo. Pues el Espíritu Santo, es el único quien convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Jn 16:8).
Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Jn 16:8).
Lee También: ¿Qué es la Fe en Dios Según la Biblia?
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Si. realmente muy útil. Gracias x realizarlo...Dios los bendiga.
Quiero hacerles saber que a los creadores de esta pagina web que también son siervos del Todopoderoso, quiero también decir que fue de mucha bendición su palabra en esta aplicación le pido a mi Señor que les siga bendiciendo presentando a todos el evangelio. Les agradezco de todo corazón su bendición sera reflejado hoy.
MUCHAS GRACIAS POR ESTE ESTUDIO. ME FUE DE GRAN AYUDA.
EXCELENTE ENSEÑANZA, QUISIERA SABER MÁS PARA PODER SEGUIR GUIANDO A MI REBAÑO EN EL CAMINO CORRECTO.
AGRADECERÍA SU APOYO.
Muy buena enseñanza. Gracias
gracias solo les falto aclarar sobre los discípulos y cuando juan los envió a preguntar si el era
Dios os bendiga este estudio a sido de bendición para mi
Soy un pastor de Francia 🇫🇷
Dios os bendiga muchos
La Gloria es para Dios hermano. Bendiciones.
En verdad este fue un gran hombre del Señor Jesucristo!
Fue un Hombre de Coraje y de Avanzada para esa época tan difícil. ., Anunciando la venida del Señor.
Gracias a DIOS por tu vida es un estudio muy interesante DIOS siga usando.
Dios lo Bendiga Hermano.